Estuvimos toda una semana en Posada la Panadería y estuvimos muy a gusto. María nos trató con encanto y amabilidad y se mostró pendiente de cualquier necesidad pudiéramos tener. Muy sociable pero sin pasarse ni un momento, así pues, lo mejor de una posada con la intimidad propia de un hotel. La habitación muy agradable y bien decorada, el baño espacioso y cómodo. Hemos visitado Cantabria y esta posada ha sido nuestro punto de partida. Todos los sitios de nuestro interés estaban a máximo 30 minutos en coche y la estructura está muy bien comunicada, a pocos cientos de metro de la A8. Finalmente decir que la posada cuenta con un jardín enorme en la parte trasera. totalmente privado y a disposición de los invitados. No lo hemos utilizado por falta de tiempo pero la verdad que hubiera estado bien tumbarse y aprovechar el sol y la tranquilidad. Recomendamos!