El hotel es sencillo y cerca del centro, solo cumple con una misión, que es poder llegar a dormir.
Los empleados son muy apáticos, a excepción de un Sr que cuida en la noche.
Tienen problemas con el drenaje, porque se filtra un olor intenso a caño en todo el edificio, al menos en mi habitación en la noche hubo periodos que no podías respirar.
No cuenta con ventiladores, lo cual en el día y con el calor lo hace algo incomodo.
En la pagina venia que contaban con servicio de desayuno, lo cual no es cierto.
El servicio de Internet es deficiente, en los días que estuvimos no nos pudimos conectar.
Cierran las puertas del hotel a las 11 y si llegas después tienes que tocar, aparte de que te piden la llave de la habitación al salir a pasear (es la primera vez que me toca algo así).
Cuidado al solicitar la plancha ya que no hay tabla de planchar en las habitaciones y tampoco te proporcionan una y si llegases a quemar la colcha o sabana por accidente (por la incomodidad de planchar ahi), te la cobran como nueva.