Esta acogedora casa rural nos ha enamorado, hemos podido disfrutar de la tranquilidad y naturaleza del lugar.
Ideal para un grupo de amigos y amigas que quieren desconectar de la urbe.
El único inconveniente es que a las noches la madera del techo cruje constantemente. Por lo demás, merece muchísimo la pena alojarse en ella.