Muy satisfecha. Lo cogimos en Dolo por el tema de las tasas en las principales ciudades de Italia y por no tener que entrar con el coche en ninguna puñetera ZTL y no nos arrepentimos.
Está en Dolo, que es un pueblo bastante tranquilo de casitas con un río que lo cruza y que resulta bastante agradable a la vista, tiene párquing incluido en la reserva y la atención buenísima.
La recepción cerraba antes de que llegáramos, pero nos dejaron todo preparado y súper bien explicado en español para cuando llegáramos. El chico que atendía el restaurante nos lo dio todo y sin problema. Por poner una pega, no hay ascensor y siempre cuesta subir maletas a pulso, pero era un piso sólo, así que tampoco le damos más importancia.
Nos sorprendió (y bien) que, a pesar de estar en un pueblo, era todo bastante actual, muy moderno más que clásico.
Todo limpio, todo funcionando correctamente y destacar realmente la atención que recibimos todo el tiempo.
Y el desayuno también muy bien. Igual hubiera agradecido algo más de variedad en la fruta, pero no puedo decir más porque todo muy correcto. Recomendable sin duda.